Imagen del post

Odontología y Embarazo

Durante el embarazo se producen importantes cambios fisiológicos en diversos sistemas del organismo, por eso es importante considerar el momento del embarazo para la práctica de un tratamiento dental. Algunos de ellos son:

  • Cardiovasculares: aumento de la cuagulación de la sangre.
  • Hematológicos: anemia, leucocitosis, inmunosupresión generalizada.
  • Respiratorios: Aumenta la fragilidad de la mucosa respiratorio lo que favorece el edema y el sangrado nasal tras la manipulación, disminuye la presión del oxígeno que puede ocasionar mareos en posición tumbada.
  • Endocrinos: Por la alteración hormonal es frecuente la inflamación de la encía (gingivitis) e incluso un crecimiento rojo de la encía al que se le llama épulis del embarazo, gestacional o gravídico.
  • Gastrointestinales: Aumento de reflujo.

 

HALLAZGOS ORALES MÁS FRECUENTES ASOCIADOS AL EMBARAZO

El aumento de las lesiones de caries, gingivitis y periodontitis pueden ser secundarias a cambios hormonales pero también por el aumento de dieta cariogénica así como por los hábitos de higiene oral inadecuados.

El épulis del embarazo, mencionado anteriormente, afecta al 5% de las embarazadas y su localización más frecuente es en la papila interdental de los dientes anterosuperiores. Si su tamaño es pequeño, la lesión puede resolverse por sí sola después del parto sin necesidad de intervención quirúrgica.

El reflujo gastrointestinal acarrea la erosión dentaría.

Otro signo relacionado con el embarazo es el aumento de tamaño de las glándulas parotídeas. Su origen no es infeccioso, inflamatorio ni tumoral y cederá tras el equilibrio hormonal.

 

¿CUÁL ES EL MOMENTO ADECUADO PARA RECIBIR TRATAMIENTO ODONTOLÓGICO?

Hay que evitar los tratamientos dentales en el primer trimestre puesto que acontece la formación de los órganos y es un periodo crítico debido a la mayor susceptibilidad a las malformaciones fetales y abortos espontáneos.

El tercer trimestre tampoco es la mejor opción debido a la incomodidad de permanecer en el sillón dental y a la postura tumbada que dificulta la circulación sanguínea de la madre al comprimir el feto sobre la vena cava inferior.

Si es posible, lo ideal es posponer cualquier tratamiento dental hasta después del parto; pero si se precisa, el segundo trimestre es el indicado.

Si hay una urgencia dental, como dolor o infección, el tratamiento debe ser efectuado independientemente del trimestre.

 

¿QUÉ MEDICAMENTOS PUEDEN PRESCRIBIRSE?

Los fármacos generalmente prescritos por el odontólogo suelen encontrarse en las categorías A y B en la clasificación de la Federación Dental Americana de riesgo para el feto, es decir, pueden prescribirse porque o bien no tienen riesgo o el riesgo el bajo.

Son fármacos seguros analgésicos como el paracetamol y antibióticos como las penicilinas, amoxicilinas, ácido clavulánico, clindamicina o metronidazol entre otros.

En cualquier caso, ante la presencia de dolor, es preferible tratar la posible causa antes que administrar medicación innecesaria.

 

EL TRATAMIENTO ODONTOLÓGICO

Es imprescindible una buena higiene oral, con cepillo de cerdas suaves y uso de la seda para controlar la aparición de caries, así como el control de aporte de azúcares en la dieta. Si la condición gingival lo requiere, se llevarán a cabo limpiezas, eso sí, en el segundo trimestre preferiblemente.

Tras en vómito, es muy comprensible la tentación de lavarnos los dientes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, debido a su composición ácida, el utilizar el cepillo acto seguido, puede aumentar la erosión del esmalte. Por eso, se recomienda enjuagarse bien con agua antes del cepillado.

La práctica de las radiografías es un tema muy controvertido. Si bien es cierto que la radiación no es deseable en un organismo en formación, las realizadas en el ámbito odontológico conllevan exposiciones a dosis muy bajas.

En principio, hay que evitar las radiografías durante el embarazo, pero si se requieren para el diagnóstico de un problema agudo, por ejemplo una infección que ha llegado ya a hueso, conviene realizarlas, como hemos dicho, solo en situaciones de urgencia. En estos casos, se le colocará a la paciente un delantal plomado de doble grosor.

En cuanto a las amalgamas, hay estudios en los que se encontraron ausencia de diferencias significativas en los niveles plasmáticos de mercurio en las mujeres expuestas con respecto a los controles de mujeres no expuestas.

Nuestra actitud es prudente. Recomendamos no remover las restauraciones ya realizadas y evitar nuevas, aunque si en una situación concreta se precisa su empleo, se tomarán las medidas necesarias para minimizar la exposición al mercurio.

Avatar del autor del post

Alaitz